viernes, 6 de mayo de 2011

Tu cabeza está llena de ratas.

No es nada personal.

Vamos. No hace falta ser un maldito genio para darse cuenta de tu xenofobia y de la xenofobia en la ciudad. Mi ciudad. Ciudad que amo tanto, pero que, de vez en cuando, demuestra lo peor de sí. Como ésta.

No me vengás con eso de que "no es un presidente argentino", porque no te lo creés ni vos. O quizás sí. Porque yo sé que mi cabeza está llena de ratas. Y sé de qué color son. Y sé de dónde salieron y hacia donde van. Pero vos ¿lo sabés? ¿Sabés cuándo se te metieron las ratas? ¿Sabés quién te las metió?

Porque (ok, lo acepto) yo peco de soberbio. De superado. De tipo que puede criticar a todos y criticarse a sí mismo sin compasión. Pero vos ¿lo hiciste alguna vez? ¿Siquiera sabés de lo que estás hablando? ¿O repetís lo que ves en la tele, escuchás en la radio o te cuenta tu vieja?

Ojo, no creo que pensar diferente a mí esté mal. No. Lo que me molesta es que tengas una postura que NO podés argumentar. Es como que alguien cortó y pegó en vos lo que pensaba. ¿Y sabés porqué no podés argumentar? Porque no hay argumentos, en el fondo sólo hay xenofobia y racismo.

El problema no es que "sea un presidente de otro país" porque ni siquiera te importa el propio. ¿O me vas a decir que no te molestaste cuando le pusieron el nombre de la Presidenta al parquesito? ¿O cuando colocaron el cartel del ex-presidente en la entrada del Dakar? No. El problema es que es el presidente de Bolivia, un boliviano. ¡Y para colmo es indígena! ¡Y la estatua de un indio boliviano en Argentina, a la vuelta de tu casa, es inconcebible!

Por que los argentinos somos mejores personas que los bolivianos. ¡Somos hijos de europeos, joder! Por eso nos enorgullecen nuestros apellidos y no nos molesta la plazoleta San Marino. Y no nos importa que nuestros padres y abuelos hayan venido de las regiones más pobres de Europa. Aun siendo campesinos son mejores que estos indios latinoamericanos que vienen a robarnos el trabajo, vienen a vivir del Estado y (¡para colmo!) ponen una estatua de SU presidente en MI Argentina.

¿Porqué de pronto te brota el nacionalismo? Bah, si podemos llamarle nacionalismo a esa xenofobia que se olvida incluso del Preámbulo de la Constitución. Ese mismo nacionalismo que mira la boda de un zángano anacrónico de un Estado que nos robó unas islas.

No, no te brota el nacionalismo. Te brota el racismo. La xenofobia por un hermano, en definitiva. Un hermano con quien compartimos una cultura (obviamente esto también olvidamos): las comidas, la música, la lengua, los paisajes, hasta la historia. Pero, claro, eso vos no lo sabés y quizás ni te importe. Porque la única historia que conocés es la que cuenta la gente del Norte. Porque te gusta mirar hacia el Norte, ese mismo Norte que nos trata como vos lo tratás a los bolivianos.

No sé, pensálo. Lo único que nos separa es una línea, imaginaria, que otros han puesto y que vos insistís en remarcar. Esos otros que te llenaron la cabeza de ratas, te cuento.