lunes, 15 de noviembre de 2010

Sobre regalos de cumpleaños.

No recuerdo todos los regalos de cumpleaños que recibí a lo largo de mi vida.
Tengo mala memoria... o memoria selectiva. Ella sólo retiene aquella información que considera importante o que se relaciona con algo más importante. Y no es que considere que los regalos, en sí, sean poco relevantes, sino que considero que mi día de cumpleaños no entraña ninguna magia. Como cualquier día del año, es intrascendente.
La cuestión es que recuerdo muy poco los regalos que me hicieron, a menos que me recuerden otra cosa.

Por ejemplo, creo que fue en mi cumpleaños del 2003, después de cortar con mi novia de aquél momento (en octubre, creo), que ella me regaló un llavero. Pero no era un llavero cualquiera. Era un dibujo que le había enseñado unos meses antes, en mi carpeta de la facultad, cuando le conté sobre las historias que me gustaría escribir. Un ojo tallado en metal, el regalo más personal de mi vida. Aun lo llevo.

También recuerdo un regalo que me hizo mi vieja, un reproductor portátil de discos compactos. Era como un Winco en plena era del iPod, pero me hizo feliz en ese momento de mi vida. Iba a poder escuchar música mientras viajaba a la facultad. Corría el mes de noviembre del año 2005. Un mes antes había muerto mi viejo.

Uno de los últimos regalos que recuerdo es del 2008. Bah, ni siquiera recuerdo el regalo. Recuerdo el día. 15 de noviembre, mañana de sol y calor insoportable en Jujuy. Me despierta mi ex-novia (habíamos cortado en octubre), en mi habitación, con unos chocolates en la mano, creo. Mi vieja la había hecho pasar. Se acuesta por unos momentos junto a mí. Me regala unos besos. No quiero aprovecharme de la situación, no sé porqué. Meses después me contaría que había ido a regalarme su cuerpo, pero sin amor. Quizás por lástima. Seguramente por lástima. Antes del almuerzo, ya se había ido. Esa misma siesta, se desataría la tormenta de granizo más violenta que haya visto hasta el momento.


Estos regalos no sólo me recuerdan los malos momentos pasados, si no también los buenos siguientes. Disculpen los que me hicieron regalos durante mi vida y no fueron recordados. Más que las cosas materiales, lo que me queda es la esperanza. Si me regalaron aunque sea un poquito de ella, gracias.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La lista

Desilusión.

Cuenta la leyenda que en un momento de mi vida, tratando de olvidar a una ex-novia, hice una lista de las características que debía reunir una chica para que fuera "la mujer de mi vida". Obviamente, este listado se derivaba, por la vía negativa, de algunas de las características de la chica que intentaba olvidar. Creo también que era una descripción un tanto (o muy) idealizada de mí mismo.
También cuenta la leyenda que con el tiempo esta lista, que no fue escrita en ningún lugar, se perdió en los laberintos de mi cerebro y de pronto me encontraba cometiendo los mismos errores del pasado. En un intento de recuperar de mi memoria aquellas características de la que sería la "mujer de mi vida" y agregar otras, es que reedito la legendaria lista:

Unos lindos, profundos y sinceros ojos: condición excluyente. La "mujer de mi vida" me enamora con la mirada y me habla constantemente por sus ojos. No debe ocultar su mirada, ni temer la mía. Tampoco pido colores espectaculares, amo los ojos oscuros.
Inteligencia: y no hablo de una doctora en física cuántica. Quiero una chica que tenga un par de ideas en la cabeza (aunque no las compartamos), que no compre todo hecho. Que tenga argumentos para discutir y que sepa distinguir entre una discusión y una pelea. Que hable de cosas interesantes y que encuentre el interés en las cosas simples. Que le apasione "algo" y que me contagie su pasión por "eso".
Humor: una chica graciosa es una chica inteligente, pero además debe poder manejar (o en su defecto, soportar) todos los tipos de humor, desde el absurdo hasta el negro. Es más, no debe tomarse las cosas TAN en serio (exceptuando, obviamente, los compromisos) y debe verle el lado amable a los momentos más negros de la vida.
Una perspectiva positiva: todos tenemos nuestros días de mal humor y la "mujer de mi vida" es humana. Pero la quiero ver sonreír y brillar la mayor parte del tiempo. Y aun en sus días oscuros quiero verla intentar brillar aunque le cueste. Le tienen que gustar las luces y los colores aunque no los vista o los use.
Música: tiene que amar la música. No tiene que cerrarse en un estilo o en una época. No tenemos que compartir necesariamente gustos musicales. Debe estar abierta a nuevos sonidos y encontrar la música en cualquier ruido. Tiene que gustarle cantar, sola y/o conmigo, aun en público.
Cine: tiene que conocer un poco del séptimo arte. No quiero una erudita en el tema, sino simplemente una compañera de salidas al cine, que vea por igual películas románticas y de acción. Además tiene que ser crítica de los gustos propios y ajenos.
Humildad: no debe ser orgullosa ni vivir a través de las cosas materiales. Debe saber que el orgullo no conduce a ningún lado y que no existe nada mejor que entregarse por completo aun cuando uno se arroja al vacío. Y debe saber disfrutar de la vida con muy poco, con lo que lleva puesto, con lo que tiene en los bolsillos.
Sexo: sí, lo sé. No es lo más importante de la vida, pero es lo más divertido. Debe gustarle tocar y ser tocada, no tener dramas de hablar sobre el sexo largo y tendido (en todo sentido). Fantasear todo el tiempo y excitarme hasta el cansancio.
Y por último, pero para nada menos importante, debe amar sin límites ni condiciones. Debe dejarse invadir completamente sin preocuparse por el futuro abandonando cualquier juego infantil o pose fría. Debe amar con madurez como niña. Debe comprometerse eternamente aun sabiendo que no llegará a vivir por tanto tiempo. Y debe cumplir ese compromiso con el corazón y la razón.

No voy a pecar de ingenuo. Sé que pido mucho. Sé que no existe una mujer que reúna las características de la legendaria lista. Y, aun cuando existiera, no está destinada para mí. Es más, si encontrara a la "mujer de mi vida" seguramente la dejaría ir por idiota.
Lo que no cuenta la leyenda es que alguna vez tuve a la "mujer de mi vida" y ésta es su descripción.
Tampoco cuenta como la dejé ir por la mujer que quise olvidar con la legendaria lista.